miércoles, 3 de septiembre de 2008

La jugada financiera de Cristina puede revitalizar un proyecto que estaba en vía muerta



El proyecto de tren bala a Rosario-Córdoba pondría primera una vez que el Gobierno cancele la deuda con el Club de París. El tan demorado financiamiento podría cerrarse a menor tasa de interés. Otras grandes obras de infraestructura pendientes también verían acelerada su concreción. Para las empresas que precisan tomar deuda para distintas necesidades, se vuelve a abrir el mercado a costos más razonables.

Para el Gobierno, ansioso por mostrar avances en la obra del tren de alta velocidad Buenos Aires- Rosario-Córdoba, el anuncio de ayer trajo alivio.

Este polémico proyecto ya fue adjudicado pero no tiene financiamiento cerrado. El crédito de 2.100 millones de euros acordado con el banco francés Natixis –contra entrega de la emisión de un bono soberano– está congelado. El elevado riesgo país les permite a las partes posponer la operación para no pagar una tasa de interés desproporcionada y para evadir cualquier riesgo de default. Al mismo tiempo, la entidad francesa inició un proceso de recapitalización y replanteo de inversiones tras haber perdido 1.500 millones de euros en el último semestre por la crisis hipotecaria mundial.

Una vez cancelada la deuda con el Club de París, se abre una alternativa: plantear un nuevo esquema de financiamiento con el respaldo del gobierno francés.

Con el balance en cero con Europa, el préstamo de un banco francés (Natixis u otro) cuenta con el seguro de riesgo del Estado francés a través de la Dirección General del Tesoro y de la Política Económica, dependiente del Ministerio de Economía galo. Esta garantía hace caer drásticamente la tasa de interés del crédito ya que hay más certeza de devolución al estar el Estado francés por detrás y el dinero para un país más confiable.

El default con el Club de París fue una de las razones que hizo caer un primer esquema de financiamiento aportado por el Banco Societé Générale.

Otra gran cantidad de obras públicas también podría recobrar vitalidad. Ya sea porque el financiamiento de los encargados de construir los proyectos se destraba o se abarata. O al haber más disponibilidad de fondos para el país, se lanzan otras obras pospuestas. Ejemplos de esto son el soterramiento del tren Sarmiento (presupuestado en $3.000 millones), otros trenes de alta prestación a Mar del Plata o Mendoza ($8.328 millones), la electrificación del Roca o el San Martín, entre otros.

Para el sector corporativo también puede ser un buen augurio. En los ocho meses de este año, casi no hubo emisiones de bonos u Obligaciones Negociables (ON).

Las Leñas redujo su monto de ON a $6,5 millones porque tuvo que pagar una tasa del 17 por ciento. Otro ejemplo de la sequía financiera internacional con Argentina es Arcor. Pospuso varias veces una anunciada emisión de u$s100 millones para renegociar su deuda, y otros proyectos de inversión, por las altas tasas de interés que tenía que pagar. Finalmente optó por tomar un crédito de la Corporación Financiera Internacional, en mejores condiciones.

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